
Me lo recordaron en un comentario, y en cuanto pude, me dispuse a
homenajearlo. Hablamos de uno
de los futbolistas que hicieron grande a
Rumanía en la década de los 90. Una generación, que parece tener una nueva pléyade de herederos
en busca de gloria. Se trata de
Constantin Galca, un
centrocampista defensivo. Eso, al menos, era lo que decía la prensa, porque sus piernas aportaron mucho más que defensa al deporte rey. Aunque no fue un anónimo total,
pues escribió parte
de la historia de su selección,
Galca, nunca tuvo el éxito que se mereció en el terreno de juego.
De la generación de 1972, era un
centrocampista con mucha garra, su despliegue físico en el campo era espectacular. No era un jugador muy
creativo, pero se sumaba al ataque gracias a su especialidad, el tiro desde 26-30 metros. Esto le permitió anotar varios
golazos. Si examináramos su juego, acabaríamos ofreciendo un perfil muy parecido al que le atribuimos hoy en día al jugador del
Villarreal Senna.
Galca, se formó en el
Argest Pitesti de su país. Desde cual, su rápida evolución, le llevó a un grande, el
Steua de
Bucarest. Más de 170 partidos en
Rumania a un gran nivel y ,sobre todo, el éxito de la selección Rumana en el mundial de 1994 (llegaron a cuartos, derrotando a la Argentina de
Batistuta), le
permitieron llegar al momento álgido de su carrera. Era el comandante de un generación que contaba también con
Popescu,
Munteanu,
Hagi, etc.
La explosión de fútbol de
Galca se refrendó en el
Mallorca (temporada 1996-1997), en la que anotó hasta 13 goles, y eso que era ¡un futbolista defensivo!. Al siguiente año el
Espanyol se esforzó por conseguir traer se fútbol hasta
Montjuic. Allí disputó un total de 123
partidos, anotando 16 goles. También destacó en el Mundial de 1998 y en la Euro 2

000.
Cuatro temporadas en Barcelona, una cesión al
Villarreal y un
fichaje por el Zaragoza. No es más que el
recorrido de un futbolista
que empezó a deambular por
la liga, más que a jugar al fútbol. Siendo así, cuando todo el
mundo lo daba por perdido, el
Almería le ofreció una aventura en segunda, y
vaya si la aprovechó.
Tres temporadas estuvo en la ciudad andaluza que, gracias en parte a él, ahora disfruta de un fútbol de
élite.
Su último club fue
Gimnastic, y su última internacionalidad (la número 68) contra Macedonia.
Galca, pocos tienen el espíritu ganador que tuvo él. Uno de los jugadores q
ue coquetearon con la gloria, pero
que nunca salieron del anonimato. Un rumano de la generación de 1990, un
centrocampista "defensivo".
PD: el equipo de Escribiendo Fútbol ha decidido suprimir la entrada de Ricardo
Quaresma, por entender que su
traspasao al Inter de Milán por 30 millones de euros, lo ha
sacado del anonimato. Pronto
postearemos una verdadera historia de lo que pudo ser y no fue en el mundo del
fútbol, contada por su protagonista, no se la pierdan en Escribiendo Fútbol, merecerá la pena.