ONYEWU

Entre los diferentes anónimos que plantarán cara a los equipos españoles en la próxima jornada de Uefa (competición también anónima) yo, me quedo con un americano. Un americano negro, de esos que afortunadamente están de moda ahora. Me refiero a Oguchi Onyewu, defensa central del Standard Lieja. Es un extraño caso de un “yankee” en Europa.

Su 1, 93 metros le otorga una gran fortaleza física al nigeriano de nacimiento. Es un defensa bastante lento, pero se coloca bien en el césped. Tiene bastante gol gracias a su potente cabezazo. En el uno contra uno no suele estar muy acertado tampoco. Es un futbolista de defensa zonal y salida a la contra. Más proclive el lateral izquierdo que a la centralidad mental necesaria en un central (valga la redundancia).

De la generación de 1982, Onyewu se formó en la Clemson University de su país. Pero su primera experiencia profesional la encontraría, curiosamente, en Francia. El Metz lo trajo a su plantilla. Su falta de oportunidades en un fútbol tan distinto al soccer americano le relegó hasta La Louvierè belga. Allí sí que destacó, y gracias también a la disputa del Mundial sub 20, Oguchi se puso en primera línea del fútbol belga.

El Standard se hizo pronto con el gran porte de este futbolista, y lo trataría como a una estrella. No demostró ser menos, pues se aferró a la titularidad y no ha parado de progresar desde entonces. Nombrado mejor futbolista estadounidense del año en 2006 y mejor jugador extranjero en el 2005, Onyewu compagina su humilde éxito con un puesto anónimo en el fútbol mundial.

En 2007 consiguió su pasaporte para Newcastle, pero Allardyce lo vio algo verde y le dejó cedido en la Júpiter League. Parece ser que la mala marcha del conjunto inglés puede abrir pronto las puertas a este americano internacional, de origen nigeriano. El black power vuelve a estar de moda. Y desde el anonimato, Onyewu reivindica el buen fútbol de su raza.