Seguimos con los futbolistas “multiculturales”. Es canadiense, de padres trinitenses (Trinidad y Tobago) y pretende triunfar en un país tan opuesto a su origen como Dinamarca. Así se presenta Atiba Hutchinson, de la generación de 1983. Su empadronamiento actual data en Copenhague, y en su país, aún sueñan con verlo besar las mieles del triunfo.
Atiba se desenvuelve en el centro del campo, ya sea como organizador ofensivo, o como interior (más zurdo que diestro). Tiene una zancada descomunal (me recuerda a Diaby) y su altura (1,87) le dota de un físico de alambre que encubre su falta de técnica. Es bastante oportunista en el gol. Y aunque no tenga nivel para una gran competición el canadiense ha dado más de un susto en la Liga de Campeones.
Inició su trayectoria en su ciudad natal, Brampton y con muy pocos partidos en la liga de Canadá, Europa llamó a su puerta. Si bien es cierto que Atiba ya había dado varios recitales en el Mundial sub 20 de 2001. En un país de clima tan propio al suyo, Suecia, el Östers se hizo con sus servicios. Una buena temporada lo catapultó a un grade del país escandinavo, el Helsingborgs.
Dos años de juego mediocre y varias internacionalidades parecieron suficiente para ejercer de líder en un equipo que rondaba el campeonato en otro país escandinavo, Dinamarca. En 2006 llega así al Copenhague, donde ya ha disputado más de 90 encuentros, compartiendo curiosamente, el puesto en la medular con otro de nuestros anónimos, Tobias Linderoth.
Atiba se desenvuelve en el centro del campo, ya sea como organizador ofensivo, o como interior (más zurdo que diestro). Tiene una zancada descomunal (me recuerda a Diaby) y su altura (1,87) le dota de un físico de alambre que encubre su falta de técnica. Es bastante oportunista en el gol. Y aunque no tenga nivel para una gran competición el canadiense ha dado más de un susto en la Liga de Campeones.
Inició su trayectoria en su ciudad natal, Brampton y con muy pocos partidos en la liga de Canadá, Europa llamó a su puerta. Si bien es cierto que Atiba ya había dado varios recitales en el Mundial sub 20 de 2001. En un país de clima tan propio al suyo, Suecia, el Östers se hizo con sus servicios. Una buena temporada lo catapultó a un grade del país escandinavo, el Helsingborgs.
Dos años de juego mediocre y varias internacionalidades parecieron suficiente para ejercer de líder en un equipo que rondaba el campeonato en otro país escandinavo, Dinamarca. En 2006 llega así al Copenhague, donde ya ha disputado más de 90 encuentros, compartiendo curiosamente, el puesto en la medular con otro de nuestros anónimos, Tobias Linderoth.
Hutchinson, es un futbolista anónimo, pero también un referente en el fútbol de los Canuck(apodo de la selección canadiense) , con los que ha disfrutado de más de 20 internacionalidades. Como ven, el fútbol no acaba en las grandes ligas, a otro nivel, e incluso en otros continentes.
El deporte del balón consigue su acepción de “rey” en ciudades y países alejados, en la medida de lo posible, del temible negocio de mercado y beneficio empresarial. Sin anónimos como Atiba, el fútbol no sería una forma más de crear cultura, no sería un espectáculo estético al alcance de cualquier ser humano..
3 comentarios:
La verdad esque nunca habia escuchado nada acerca de este jugador,gran analisis.
saludos
Triunfará este chico.
Tiene un buen físico y mucha velocicidad,regate y es un pequeño matador.
Un saludo!!
www.quejaleo.blogspot.com
No lo conozco la verdad pero me imagino que jugaria el mundial de 2006 de Alemania donde su seleccion hizo un mejor papael de lo que se esparaba.
un saludo
www.tocaladecara.blogspot.com
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